martes, 5 de abril de 2011

UN CARDO Y UNA ROSA



Un cardo que se moría
en un hermoso jardín,
a una rosa le pedía
que le aliviara en su fin.

La rosa,
-que era una gran rosa-
nada le supo decir,
ella se vehía hermosa
y le bastó solo esta cosa
para dejarlo morir.

¡Que pena!
que pena da que una rosa,
se marchite en esta vida
engreída y vanidosa.

C. Abril C.


(c)copyright


No hay comentarios:

Publicar un comentario