Octava de Pedro de Oña
Si tú eres tan honesta como cuentan
o tan espléndida cual tú te vendes
no haría ninguna falta que enmiendes
los defectos que a diario te sustentan.
Si no dijeras que esto se lo inventan
todos esos a los que tu no atiendes,
tu persona sin adornos tal vez,
sería acreedora de honradez.
C. Abril C.
De, Bajo este cielo.
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