Soneto
Arráncame aquél beso que me diste
la noche aquélla que fui a tu cancela,
si, arráncamelo que aunque me duela
prefiero ese dolor a que se enquiste.
Fueron muchas las vilezas que hiciste
y muchos los desaires mujerzuela,
tu, que presumiste de damisela
todo el tiempo que a mi lado estuviste.
Por eso yo maldigo aquél encuentro,
por el que a mi alma tarambana y loca
la arrumbaste alejada de tu centro.
Quitame ya esa lacra de la boca
que no quiero sentir más aquí dentro
la desazón que tanto me trastoca.
C. Abril C.
De Luna rota
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