Soleares
Que se asome a la vidriera,
para que alumbren sus ojos
mi transitar por su acera.
Que la tengo ya gastada,
de tanto pisotearla
en busca de su mirada.
Pero su vista y su voz,
conmigo son remolonas
y nunca las prodigó.
¿Cómo no he de pasar sed?
si la fuente está en su boca
y no me deja beber.
C. Abril C.
De Luna rota
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