Décima Abrileña
¿Te acuerdas de los vasinos
qué bebimos aquél día,
recorriendo los casinos
de tu calle y de la mía?
De noche no se podía,
y no porque luz no hubiera,
es que en cuanto amanecía
había que irse a la era.
Y a nadie en su sano juicio
le parecía suplicio.
C. Abril C.
De Terrones Pardos
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