Soneto
Qué ignorantona llegas a ser chiquilla,
en cuanto te florean una miaja
se te aflojan las cachas cual navaja
que tiene desgastada la cuchilla.
Y aunque vayas tocada con mantilla
a por agua a la fuente cabizbaja,
en la saya traes siempre una raja
por la cual se te ve la pantorrilla.
Luego dices tú que el pueblo te injuria
tratándote peor que a escarabajo,
llamándote pelandusca y espuria.
¿Es que no te das cuenta tú !carajo¡
que te miran los mozos con lujuria
por mostrar el encaje del refajo?.
C. Abril C.
De Terrones pardos
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