Quintilletos
El anciano paseaba
por el parque, y se regocijaba
con las risas de la chiquillería,
que le daban alegría,
y a su nostalgia la paralizaba.
A descansar se sentaba
en un banco, y sus ojos cerraba.
Y de esa guisa siempre se abstraía
de la vida tan vacía
que hace tiempo el destino le obsequiaba.
C. Abril C.
De Bajo este cielo.
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