Sonetillo
A través de la ranura,
vio a un sujeto de improviso,
caer fulminado al piso
como la fruta madura.
Asustada avisó al cura
pensando que estaba occiso,
y en llegando Don Narciso
lo sintió orar con premura.
!Te encomiendo a San Vicente,
San Tadeo, San Antero
y también a Santa Rita¡
Y el hombre habló de repente
-en comiéndome un puchero-
el desmayo se me quita.
C. Abril C.
De Jacarandoso
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