Soleares y cuartetas
Preguntaba aquél muchacho
¿Para qué quiero los dientes
si sólo como gazpacho?
Y su madre le decía,
hijo de mi corazón,
no digas más tontería
y utiliza el cucharón,
porque ya se le están viendo
las zurrapas al dornillo
y ninguno está royendo.
No me seas tan pardillo.
Que luego en la madrugada,
te van a formar las tripas
una sonora algarada.
C. Abril C.
De Terrones pardos
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