sábado, 23 de julio de 2011

EN LA SIESTA



Serventesios


Cuando más se entonaban las chicharras
y no se nos movía ni el flequillo,
dejábamos la sombra de las parras
para irnos a la fuente del membrillo.

Los gorriatos trinaban en la higuera,
por lo alto planeaban golondrinas,
y debajo de la vieja morera
preparábamos rudos tirachinas.

Y dejando a más de uno cojitranco,
formando alguna que otra trapatiesta
o trillando la grama del barranco,
se nos iban las horas de la siesta.



C. Abril C.


De Terrones pardos


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