Serventesios
Cuando más se entonaban las chicharras
y no se nos movía ni el flequillo,
dejábamos la sombra de las parras
para irnos a la fuente del membrillo.
Los gorriatos trinaban en la higuera,
por lo alto planeaban golondrinas,
y debajo de la vieja morera
preparábamos rudos tirachinas.
Y dejando a más de uno cojitranco,
formando alguna que otra trapatiesta
o trillando la grama del barranco,
se nos iban las horas de la siesta.
C. Abril C.
De Terrones pardos
(c)copyright
No hay comentarios:
Publicar un comentario