martes, 1 de noviembre de 2011

OTOÑALES


Prosa  poética



Cruzó el otoño por el jardín
y al llegar a la encrucijada de mi calle,
preguntó varias veces qué camino debía seguir.
El membrillero, que ya no le quedaban
hojas tiritando en sus ramas,
ni frutos palideciendo en el ocaso de la tarde,
enmudeció.
Y al cubo de hojalata que dormitaba
sobre el brocal del pozo le fue indiferente.
Yo miraba tras los cristales,
y tentado estuve de engañarle para que tomase
la senda equivocada y no volviera más.
Pero justo entonces le oí decir...
¡Espera a que llegue el invierno!
Ya veras cuando empiece a despeinar los pensamientos
y a encalar las miradas.


C. Abril C.


De Inquietud permanente


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