Redondillas
Mientras cantaba mi amigo,
tú enrollabas la persiana,
yo entraba por la ventana
y me acostaba contigo.
Pero tu madre sabionda,
que de esto sabe un montón
hace guardia en el balcón
en cuanto escucha la ronda.
Así que mi amigo ahora,
como con la voz es bueno
se ha metido de sereno
para darle mal la hora.
Que cuando sea la una
diga las seis menos cinco,
a ver si pega un buen brinco
y baja de la -tribuna-
Que duerma la mojigata,
que ya se me está olvidando
lo que yo te iba -tocando-
las noches de serenata.
C. Abril C.
De Jacarandoso
(c)cpoyright
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