martes, 18 de septiembre de 2012

CUARENTAITANTAS PRIMAVERAS



Estancia Spenseriana


Mirando como crecían los rebrotes
de aquéllas nonagenarias higueras,
optó por acrecentar los escotes
de sus cuarentaitantas primaveras.
Pero un día, palpando sus caderas
y observando su pecho en el espejo,
vio lejanas sus ricas sementeras
o aquel lustre que tenía su hollejo.
Hoy su falta, le daba ese toque tan añejo.


C. Abril C.


De Briznas de mi esencia


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