miércoles, 19 de septiembre de 2012

LA MARGARITA


Estornelos


Pensó la margarita,
que en aquélla pradera soleada
no podría crecer flor más bonita.

Pero vio a la azucena
balancear su talle de modelo,
y sollozó como una Magdalena.

Y al escuchar al lirio
requebrarla de forma semejante,
los celos le causaron gran delirio.


C. Abril C.


De Zurrapas


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