Soneto
Fíjate si era escasa su fortuna,
que cuando los olivos chuponaba,
con las varetas finas remendaba
el canasto empleado en la aceituna.
Fíjate si era importante la luna,
que a la puerta del chozo la esperaba,
para acabar la imagen que tallaba
y ponérsela a su niño en la cuna.
Fíjate los redaños que tenía
aquél hombre de hace una centuria,
que apenas descansaba ni comía.
Fíjate si era grande su penuria,
que a pesar de vivir, no conocía:
la pereza, la gula o la lujuria.
C. Abril C.
De Terrenos pardos.
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