Undécima alirada
Sólo yo se lo que la gente ignora
al cruzarse tu mirada y la mía.
Lo que mi boca implora,
tan sólo lo sabes tú, que escondida
tras tu reja florida,
lo escuchas tan seguido
y con tanta ternura,
que ningún carcelero ha conseguido
cerrar tu cerradura.
Sólo tu y yo sabemos sin ser presos,
a qué saben tras la reja estos besos.
C. Abril C.
De Briznas de mi esencia
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