Estancia spenseriana
Si no tuvieses farol en tu esquina
ni estuviera enrejada tu ventana,
no serias tú la única inquilina
en ese dormitorio, mi serrana.
Y amanecería cada mañana,
bebiéndome el néctar almibarado
de esos labios rojos como la grana,
que tantas pasiones han despertado
y que a tantos mortales han descorazonado.
C. Abril C.
De Migajas de Afrodita
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