Quintillas
Sin reparo se mofaba
de todo cuanto veía,
y nunca cuenta se daba
que la aversión le crecía
en todo lo que miraba.
Y así hasta que llegó el día,
que viendo cómo imploraba
indulto por lo que hacía,
el espejo reflejaba
su rostro mientras reía.
C. Abril C.
De Zurrapas
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