sábado, 22 de octubre de 2011

SIN REMEDIO



Quintillas


Sin reparo se mofaba
de todo cuanto veía,
y nunca cuenta se daba
que la aversión le crecía
en todo lo que miraba.

Y así hasta que llegó el día,
que viendo cómo imploraba
indulto por lo que hacía,
el espejo reflejaba
su rostro mientras reía.


C. Abril C.


De Zurrapas


(c)copyright


No hay comentarios:

Publicar un comentario