Prosa poética
Cuando llames a las puertas
hazlo sin regodeo.
Que en tu mano no se note el deleite
a la hora de golpear la aldaba.
No te regocijes
sobando la defunción de la esperanza,
porque toda la existencia
está preparada desde el principio,
y además...
Anda continuamente paseándose
por el gélido frío de esa hoja
acerada y macabra,
que siempre portas sobre el hombro
en actitud desafiante.
Tú formas parte de la vida
y de nada te vale
desmembrarnos de ella tan sibilinamente,
porque sin ella,
no tienes razón de ser.
De esa manera tan vil
no salgas a repartir tu esencia,
que de ella,
también ha de brotar la dignidad.
C. Abril C.
De Inquietud permanente
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