viernes, 1 de abril de 2011

MITO

Prosa poética



Intrépido, enarboló de continuo tu estandarte
en lo alto de los murallones en los que tú te veías soberana.
Rompió cuantiosas lanzas defendiendo lo absurdo de tu sentido,
y no le faltó más que dar su arrastrada vida
a cambio de que tu esencia perdurara por los siglos de los siglos.

Dormía, y eras tú siempre huésped de su mente,
y cuando estaba despierto,
era casi imposible que no supiese el número de veces
que tus pestañas bajaban y subían.

Te atribuyo cualidades y excelencias que nunca tuviste,
porque siempre careciste de efectividad para él.

Para él… fuiste su mito.
Mito, del que anduvo alimentando tanto tiempo
a esa convivencia simulada e ingrata por tu parte,
y que al final, acabó cebando su anoréxica alma.




C. Abril C.


De Trenzando Abriles


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