Llego tarde, pero lo hizo.
La luz que trajo,
además de encandilar a tus sentidos
alumbró tus grises alrededores,
y hasta el espinoso rosal de tus adentros,
se atrevió a florecer
después de tantas primaveras
invernado en la fría caverna de tu desesperanza.
Llegó tarde, pero llegó.
C. Abril C.
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