Soneto
Entre tú y yo sembraste los abrojos
que con tanto ímpetu me prenden
y ciñendo los tallos me reprenden
con dejar mis trigales en rastrojos.
Desviando mi mirada de tus ojos
diariamente los míos te sorprenden,
y tan ilusos son que nunca aprenden
que lo tuyo conmigo, son antojos.
Pero mi amor es tan vehemente
que, barruntando al tuyo pasajero
le vale igual y le es indiferente.
Solo sufre al pensar que su venero
se agote y consuma de repente
sin apagar del todo tu brasero.
C. Abril C.
que con tanto ímpetu me prenden
y ciñendo los tallos me reprenden
con dejar mis trigales en rastrojos.
Desviando mi mirada de tus ojos
diariamente los míos te sorprenden,
y tan ilusos son que nunca aprenden
que lo tuyo conmigo, son antojos.
Pero mi amor es tan vehemente
que, barruntando al tuyo pasajero
le vale igual y le es indiferente.
Solo sufre al pensar que su venero
se agote y consuma de repente
sin apagar del todo tu brasero.
C. Abril C.
De Luna rota
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