domingo, 20 de marzo de 2011

POR CULPA DE UNA MIRÁ



Romance


Aunque eres mujé casá,
delante de los imberbes
te encanta pavoneá.

Que te miren por delante,
que te observen por detrá,
que se vuelvan al instante,
eso, te alegra el semblante
y te engorda una jartá.

¡Mujé!
por verte en la ventana
se bebía a borbotones
el café tóas las mañanas.

Y su madre le decía
¿porqué tienes tanta priesa?,
¡no te mueva de la mesa
hasta que se haga de día!
Y no me seas tan cazurro,
que allí en el despensadero
¿cómo vas a ver al burro
si no hay ni un triste mechero?.
Con los cuatro pelillos
en su bigote escarriao,
se puso tan colorao
como el fuego de un infiernillo.
Porque creyó que ella sabía
lo que le estaba pasando,
y es que...
de noche no me dormía,
y cuando llegaba el día
lo cogía en ti pensando.

¡Ay mujé!
No sé lo que tu le hiciste
que desde aquélla mañana
tiene el semblante mu triste.

Anda to'l rato muy serio
y con la mirá perdía,
cavilando noche y día
enfrascao en su misterio.
Y ahora en la sementera
ya no le canta a las mulas
detrás de la vertedera.
Ni espanta a la chirivita
que en lo harto la besana,
va saltando tan galana,
tan graciosa y tan bonita.
Ni silba ya esas canciones
que también sabe hacerlo,
ni escucha a los verderones
ni al tolón de los cencerros.

¡Ay mujé!
ya no me sale al corrá
pa' mirar a las estrellas
en las noches despejá,
ni se sube ya al doblao
pa' ver desde la ventana
a la Bulagosa serrana
cubierta por el nublao.
Ni se me sienta en la silla
para escribir su romancero
al rescoldo del brasero
que hay en la mesa camilla.

¡Ay mujé!
¿De que forma me lo miraste?
que desde aquélla mañana
sus entretelas cambiaste.

C. Abril C. 

 (c) copyright



NOTA DEL AUTOR 
Esta obra está escrita en el peculiar habla que tiene los habitantes de una amplia zona del sur de Badajoz y norte de Córdoba, Huelva y Sevilla, en plena Sierra Morena occidental y sus estribaciones 

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