¡En tu arríate o el mío,
dónde más rabia te de!
pero...
hay que sembrar este querer
antes de que llegue el frío.
Que si no este sentir
que ahora tú y yo gozamos,
se convierte en amorío.
Transeúnte,
superficial,
pasajero.
Y eso chiquilla yo,
por nada del mundo lo quiero.
Que yo deseo sentirte
en mis manos, erizada,
en mi corazón, perenne,
y faralá yo creerme,
a tu enagua pespuntada.
Que cuando eches el paso
crepite mi tafetán,
con el calor que le dan
tus muslos en el ocaso.
Por eso no es desvarío
lo que yo te estoy pidiendo.
¡En tu arríate o el mío,
dónde más rabia te de!
pero...
hay que sembrar este querer
antes de que llegue el frío.
dónde más rabia te de!
pero...
hay que sembrar este querer
antes de que llegue el frío.
Que si no este sentir
que ahora tú y yo gozamos,
se convierte en amorío.
Transeúnte,
superficial,
pasajero.
Y eso chiquilla yo,
por nada del mundo lo quiero.
Que yo deseo sentirte
en mis manos, erizada,
en mi corazón, perenne,
y faralá yo creerme,
a tu enagua pespuntada.
Que cuando eches el paso
crepite mi tafetán,
con el calor que le dan
tus muslos en el ocaso.
Por eso no es desvarío
lo que yo te estoy pidiendo.
¡En tu arríate o el mío,
dónde más rabia te de!
pero...
hay que sembrar este querer
antes de que llegue el frío.
C. Abril C.
(c) copyright
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